Por: María Eugenia Molina. Doctora Ph.D. en Comunicación. Consultora, académica
La Copa Ecuador 2024 tiene un nuevo campeón y ese es el Club Deportivo “El Nacional” uno de los más grandes del país, el único bitri campeón del fútbol ecuatoriano logró este miércoles 27 de noviembre un nuevo título, luego de su victoria ante el Independiente del Valle en el estadio Rodrigo Paz Delgado.
Luego de 18 años el querido “Nacho” dio la vuelta olímpica ante su hinchada que lo vivó a lo largo del partido tal como lo hace en los distintos encuentros, tanto por Copa Ecuador cuanto por la LigaPro, pero esta vez era especial, muy especial, tuvieron que pasar varios años para ver nuevamente a El Nacional levantar una copa, llevarse un título, y lo hizo con sobra de merecimientos, con garra, con pundonor deportivo, con pasión por la camiseta, aquella que tantos logros ha tenido a lo largo de su historia, aquella que empezó allá por 1960 como el “Mariscal Sucre” para luego ser el Club Deportivo “El Nacional” el 1 de junio de 1964.
El único equipo que juega con futbolistas netamente ecuatorianos y que ha formado a una cantera de reconocidos deportistas que han brillado y lo siguen haciendo en distintos clubes de varios países, pretender nombrar a unos cuantos sería no hacerles justicia a los muchos que han salido de las formativas del club o que, llegando de fuera de él, es allí donde se han hecho un nombre, lo que les ha permitido brillar con luz propia.
Mi pasión por el rojo viene desde que tengo memoria, mi padre un fiel hincha del equipo, precisamente por estar conformado exclusivamente por “puros criollos” fue enseñándome de su historia, de su jerarquía y yo lo fui amando y lo seguiré haciendo porque un amor como este es para toda la vida.
El campeonato que acabamos de lograr no deja de lado las grandes dificultades por las que atraviesa el club durante mucho tiempo, pasando inclusive por un descenso de categoría que tuvo que remontar, los problemas económicos y dirigenciales han afectado al equipo, y cómo no, las deudas, la falta de pagos a los jugadores y cuerpo técnico afectan, y claro, eso repercute en el aspecto anímico, pero los futbolistas supieron sortear esas dificultades y darle una gran alegría a la hinchada, dejaron claro que en la cancha son 11 contra 11 y que la historia tiene peso, que la estrategia y la preparación son fundamentales y que la integridad están primero, el resultado fue un juego de calidad y un nuevo campeonato que lo sufrimos, lo gritamos y lo gozamos.
Ver el estadio “pintado de rojo” fue motivante para los jugadores y el cuerpo técnico que lo dieron todo y que nos regalaron un campeonato que lo disfrutamos, porque para los hinchas no hay mejor premio que verle al equipo de sus amores en lo alto del podio celebrando este logro, aún es tiempo de celebrar, lo habíamos esperado por años; pero, luego de aquello es necesario que se hagan los esfuerzos necesarios por parte de los dirigentes para cumplir a cabalidad con los jugadores y cuerpo técnico, reforzar al equipo de cara a los torneos locales e internacional que tenemos, y por parte de la hinchada seguir apoyando al club como lo hemos hecho por años, a pesar de las condiciones del país, de la crisis económica, y a pesar de los pesares, allí estamos con el equipo.
Felicitaciones a los jugadores, al cuerpo técnico, a la hinchada, a la dirigencia, a todos quienes sienten y aman al equipo, a disfrutar de esta nueva estrella que viene a sumar a las que ya se han logrado, que los triunfos sean continuos y que para ello existan la preparación y las condiciones que requieren este tipo de competiciones deportivas, que El Nacional siga siendo la gloria del fútbol y que se haga valer su impronta de jugar con deportistas ecuatorianos, y, para los hinchas, me incluyo, valen todas las sensaciones y emociones del miércoles, desde los gritos de apoyo, las risas y las lágrimas de felicidad, los abrazos y la alegría, porque el fútbol debe ser eso, festejo, felicidad y unión, un esfuerzo que logra el objetivo, un nuevo título en la historia, un gol que queda en la retina y la alegría de ver campeón a El Nacional, bien vale la alegría.
La opinión de María Eugenia Molina