Por Fabricio Vela
En el Ecuador, las discusiones sobre lo legal o lo «legítimo» se las maneja dependiendo de las conveniencias, o si el resultado gusta o no. ¿Cabe debatir la «legitimidad» de la designación de Guadalupe Llori como Presidenta de la Asamblea?
Revisemos un poquito la historia:
Entre 1979 y 1997 se elegía Presidente y Vicepresidente del Congreso cada año, y cualquier diputado podía aspirar a ambos cargos. El caso más recordado es el de Fabián Alarcón, que llegó a ser Presidente del Congreso en 1995, siendo el único diputado del Frente Radical Alfarista (FRA) entre 77 legisladores
En 1996, el FRA alcanzó solo 3 de un total de 82 diputados, pero su líder, Fabián Alarcón, volvió a ser Presidente del Congreso. En 1993 el manabita Samuel Belletini presidió el parlamento, pese a que su partido, el Liberal Radical Ecuatoriano (PLRE), solo contaba con 2 de 77 diputados
En otras palabras: no importaba si el diputado era nacional o provincial; tampoco si representaba a una provincia grande o pequeña; o si su partido era el más votado o no.
Otro detalle: en aquel tiempo, los diputados provinciales tenían período de dos años, y los nacionales, 4. O sea, desde 1984 (no ocurrió entre 1979 y 1984), a mitad de período los ecuatorianos fuimos a las urnas para renovar parcialmente el Congreso. Así ocurrió en 1986, 1990 y 1994, lo que siempre significó un cambio en la correlación de fuerzas legislativas. En los tres casos, la elección de diputados provinciales fortaleció la presencia de la oposición en el Congreso contra los gobiernos de turno: les pasó a León Febres – Cordero, Rodrigo Borja y Sixto Durán – Ballén.
En 1997, tras la caída de Abdalá Bucaram y la redacción de la reforma constitucional en la Asamblea de Sangolquí, esa lógica se rompió y hubo elecciones presidenciales y legislativas en 1998.
Diputados nacionales y provinciales pasaron a tener períodos de 4 años; se creó la segunda vicepresidencia del Congreso; presidente y vicepresidentes del parlamento debían ser elegidos para dos años; y ya no era posible que cualquier diputado acceda a dichos cargos.
La principal novedad era que la bancada más numerosa tenía derecho a presidir el Congreso Nacional los dos primeros años; la segunda bancada más numerosa, la primera vicepresidencia; y las minorías, la segunda vicepresidencia. El orden de presidencia y primera vicepresidencia se invertía los dos años siguientes.
En este punto, es importante aclarar que no se elegía al diputado «más votado», figura que jamás ha existido jurídicamente.
La primera experiencia de este cambio ocurrió en el Congreso que se instaló el 1 de agosto de 1998, donde la Democracia Popular (DP) alcanzó el bloque más numeroso, seguido por el Partido Social Cristiano (PSC). Así, Para el período 1998-2000, el Congreso eligió presidente a Juan José Pons (DP); primer vicepresidente a Carlos Falquez (PSC); y segunda vicepresidenta a Nina Pacari (PK).
Para 2000-2003, las cosas debían invertirse, y al PSC le correspondía la presidencia, pero aquí se desató uno de los pasajes más polémicos de la historia legislativa de los últimos tiempos: los socialcristianos propusieron a Xavier Neira, que no tuvo votos, y el Congreso, a espaldas del PSC, eligió en su lugar a Susana González, en ese entonces diputada socialcristiana por Azuay, lo que provocó una crisis política que duró varias semanas.
El PSC acudió al Tribunal Constitucional (TC), mientras la sala plenaria del Congreso permaneció tomada por asesores y militantes socialcristianos para impedir que se instale. Tras semanas después, el TC les dio la razón y anuló la elección de González; en un nuevo intento, el PSC propuso a Simón Bustamante, pero el Congreso repitió la fórmula anterior, y eligió al socialcristiano Hugo Quevedo, diputado de El Oro, otra vez, a espaldas de su partido.
El PSC optó por dejar las cosas así; en tanto, José Cordero (DP) alcanzó la primera vicepresidencia; y Antonio Posso, de Pachakutik, la segunda. Quevedo fue presidente por 10 meses, hasta que renunció, y Cordero asumió la presidencia hasta el fin del período. Posso asumió la primera vicepresidencia, pero la falta de acuerdos políticos dejó vacante la segunda vicepresidencia. Esta experiencia marcó al PSC, que ya no quiso saber nada de presidir el Congreso.
De hecho, al PSC le correspondía asumir la presidencia en 2003, porque tuvo el bloque más numeroso, pero declinó. El parlamento eligió entonces presidente a Guillermo Landázuri, de la Izquierda Democrática (ID), que era la segunda fuerza legislativa, mientras la DP, con apenas 5 diputados, asumió la 1era vicepresidencia, con Ramiro Rivera, y, nuevamente, la 2da vicepresidencia quedó vacante.
En 2005, el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), el tercer bloque parlamentario con 15 diputados, asumió la presidencia, con Omar Quintana, pero el PSC se negó a acceder a la primera vicepresidencia, que quedó vacante, mientras Jorge Montero, de Concentración de Fuerzas Populares (CFP), fue elegido segundo vicepresidente. Tres meses después, en abril, el Congreso los cesó, tras la destitución del Presidente de la República Lucio Gutiérrez.
Entonces, Wilfrido Lucero (ID) fue elegido presidente; ahora sí el PSC accedió a la primera vicepresidencia, con Cynthia Viteri (muchos recuerdan la imagen y vestuario de ella posesionando a Alfredo Palacio en el auditorio de CIESPAL); y Jorge Guamán (PK) segundo vicepresidente.
¡Qué caos! Aunque las cosas parecieron volver a su cauce normal con el nuevo Congreso en 2007.
El 5 de enero de ese año fue elegido presidente Jorge Cevallos (PRIAN), primera fuerza legislativa; primer vicepresidente Edison Chávez, del partido Sociedad Patriótica (PSP), segunda fuerza; y segundo vicepresidente Antonio Álvarez (PSC), por las minorías. Ese Congreso duró solo 10 meses, porque fue disuelto por la Constituyente de Montecristi
Estos antecedentes demostraron que «el remedio fue peor que la enfermedad», y la Constitución de 2008 regresó al esquema que estuvo vigente entre 1979 y 1997: cualquier asambleísta y cualquier sector político pueden asumir la presidencia y las vicepresidencias
Sin embargo, la fuerza política dominante, Alianza PAIS, presidió la Asamblea durante 14 años:
* 2009-2013: Fernando Cordero
* 2013-2017: Gabriela Rivadeneira
* 2017-2018: José Serrano
* 2018-2019: Elizabeth Cabezas
* 2019-2021: César Litardo
Es importante aclarar que, si bien es cierto que Cordero, Rivadeneira y Serrano encabezaron las listas de asambleístas nacionales y fueron los legisladores más votados, ese nunca fue un requisito para presidir la Asamblea Nacional.
Para 2021, sin que exista fuerza política alguna que sea mayoría por sí sola, se impone la negociación.
Así pasó con la elección de las autoridades e integración del CAL, mientras, por ahora, al momento de escribir este post, la integración de comisiones está en suspenso.