El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) experimentó este viernes un incremento del 8,63%, alcanzando los 73,91 dólares por barril. La subida se produjo después de que Israel lanzara un ataque aéreo contra Irán, generando preocupación por el posible impacto en el suministro de petróleo en la región de Oriente Medio, una de las principales fuentes de oro negro.
A las 09:00 hora local (13:00 GMT), los contratos de futuros del WTI para julio subieron 5,87 dólares respecto al cierre anterior. Los inversores temen que Irán pueda responder atacando objetivos israelíes o estadounidenses. Esto, advierten expertos, podría desencadenar una escalada militar y afectar el flujo de petróleo, según afirmó a CNBC Andy Lipow, presidente de Lipow Oil Associates.
“Irán sabe bien que el presidente Donald Trump quiere reducir los precios de la energía”, señaló Lipow. Además, destacó que las acciones iraníes afectan los suministros en Medio Oriente y, en consecuencia, elevan los costos de gasolina y diésel en Estados Unidos.
Por otro lado, el presidente estadounidense recordó que ya expiró el plazo de dos meses que se le dio a Irán para cerrar un acuerdo nuclear. En su cuenta de Truth Social, Trump escribió: “Hace dos meses le di a Irán un ultimátum de 60 días para que llegara a un acuerdo. ¡Deberían haberlo hecho! Hoy es el día 61. Les dije qué hacer, pero no pudieron. ¡Quizás tengan otra oportunidad!”.
El estrecho de Ormuz y la estabilidad del suministro
Las tensiones en Oriente Medio han puesto en alerta a los mercados ante la posibilidad de que Irán intente bloquear el paso por el estrecho de Ormuz. Este estrecho conecta el Golfo Pérsico con el de Omán y representa una quinta parte del petróleo que se consume en el mundo.
“Para Irán, no hay ningún beneficio en bloquear el paso del petróleo por el estrecho”, comentó a CNBC Ellen Wald, cofundadora de Washington Ivy Advisors. Añadió que Irán enfrentaría represalias si intentara hacerlo. Además, advirtió que un cierre del estrecho dispararía los precios del petróleo y afectaría la economía global, especialmente a China, uno de los principales consumidores de petróleo iraní.
“China no quiere que el flujo de petróleo del Golfo se interrumpa ni que suban los precios. Usará toda su influencia económica para presionar a Irán”, afirmó Wald. Sin embargo, agregó que la situación no sería comparable con la invasión de Ucrania por Rusia, ya que no representa una amenaza tan grave para el suministro mundial de petróleo.