Este viernes 25 de abril, a las 20h00 (hora local), tuvo lugar el rito de cierre del ataúd del Papa Francisco, en una ceremonia solemne y privada, cargada de simbolismo en la que se preparó el cuerpo del Pontífice para su sepultura.
Monseñor Diego Ravelli, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, fue el encargado de redactar el Rogito, un acta oficial en el que se recuerda la vida y obras más importantes del Papa Francisco, “por las que daremos gracias a Dios”, según indica el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis.

El documento se introdujo en un tubo de metal, sellado y lacrado para la posteridad, e introducido en el interior del féretro. Otra copia del acta pasará a formar parte del archivo de la Oficina de las Ceremonias Litúrgicas del Pontífice.
En el texto se destacó en especial el don de su servicio “valiente y fiel” al Evangelio y a la Esposa de Cristo. “Su memoria permanece en el corazón de la Iglesia y de toda la humanidad”, se lee en el documento.

Subrayó además su sencillez y cercanía con la gente, algo que demostró desde el inicio de su pontificado en marzo de 2013, con la elección del nombre “Francisco” y su decisión de vivir en la Casa Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico.
Antes de sellar el ataúd, el rostro del Santo Padre fue cubierto con un velo blanco que simboliza la pureza.

Además, también se introdujo en el interior del féretro una bolsa de tela con monedas de oro, plata, y bronce acuñadas durante su pontificado.
Terminada la ceremonia, el Capítulo de San Pedro mantendrá una vigilia de oración junto al féretro durante toda la noche, hasta que mañana por la mañana comiencen los funerales del Papa.
Fuentes: ACI Prensa, Vatican News