Las enfermedades de tipo gastrointestinales afectan con mayor frecuencia a niños y niñas hasta los 11 años de edad. Las causas son diversas: por alimentos, bacterias que ingresan al cuerpo o malos hábitos de higiene.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte de infantes menores de cinco años, a nivel global. A pesar de que estas patologías son prevenibles y tratables, causan la muerte de alrededor de 525 mil niños al año.
En Ecuador, las enfermedades infecciosas intestinales están dentro de las 10 principales causas de mortalidad en niños y niñas menores de 11 años, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El Dr. Heacleff Gutiérrez, director de Asuntos Científicos de la unidad de consumo de la empresa Sanofi, explica que cuando la flora intestinal de los menores pierde su balance, el intestino pierde sus funciones. Como consecuencia, la diarrea excesiva puede poner en riesgo el desarrollo del infante y hacerlo vulnerable a otras enfermedades infecciosas.
¿Cómo prevenir estas enfermedades?
Gutiérrez califica como “clave” el rol de los padres o cuidadores para prevenir la posibilidad de que sus hijos sufran diarrea. “Enseñarles a lavarse las manos antes de las comidas y luego de ir al baño es un hábito que no debe ser negociable ya que esto previene el ingreso de muchas amenazas bacterianas al cuerpo”, destaca.
También resalta que tomar un probiótico suave apto para toda la familia es una excelente medida preventiva “La suplementación con probióticos y prebióticos brinda grandes beneficios a los sistemas digestivo e inmunológico de los niños”, asegura el experto.
Mientras dure la infección, las niñas y niños deben permanecer en un lugar fresco. La temperatura corporal debe ser controlada con frecuencia para detectar posibles fiebres.
En caso de identificar diarrea, es recomendable:
- Hidratación oral: si el menor no recibe agua pura, se recomienda el agua de coco o jugo de pera, manzana o durazno. No se recomienda bebidas con gas.
- Alimentos más blandos: como manzana, pera, gelatina; y con alto contenido de almidón, como el arroz, galletas saladas, fideos y puré de papas.
- Vigilar la frecuencia de la defecación: evalúe si la frecuencia aumenta o disminuye. Al hacer esto, podrá determinar si las medidas tomadas tienen efecto.