Por: Wilson Benavides Vásquez, analista político
La esquizofrenia es una patología psiquiátrica que altera la mente del paciente modificando la forma en la que percibe la realidad, y se manifiesta a través de una variedad de síntomas como delirios, alucinaciones, pensamientos disociativos y lenguaje desorganizado, entre otros.
Eso es al parecer lo que estamos experimentando en el Ecuador de hoy, luego de los “sorpresivos” resultados de los comicios del pasado 5 de febrero y los escándalos de corrupción denunciados por el portal digital La Posta, que salpican a las altas esferas del gobierno e incluso insinúan -con base a un informe reservado de la Policía Antinarcóticos que habría sido desestimado por la justicia- posibles vínculos de la mafia albanesa con un personaje cercano a Danilo Carrera, cuñado del presidente Guillermo Lasso, e incluso la supuesta donación de 1,5 millones de dólares para el partido oficialista, durante la campaña electoral del año 2021.
Sumado a ello, la contundente victoria del “no” en las 8 preguntas del referéndum planteado por el Ejecutivo causó un verdadero huracán en Carondelet, provocando que los hombres más cercanos al presidente, conocidos coloquialmente como “Lassoboys” porque se formaron en la fundación Ecuador Libre o acompañaron al hoy mandatario en altos puestos en el banco de su propiedad, renuncien a sus cargos. Aparicio Caicedo, Iván Correa y Fabián Pozo, personajes políticamente fuertes al interno, salieron del gobierno.
Es que como nunca antes, la lógica de los conceptos no coincidió con la de los hechos y las cifras proporcionadas por las encuestadoras no coincidieron en nada con los de la realidad. Absolutamente, todas las encuestas daban un contundente triunfo del sí en todas las preguntas, así como definieron a los posibles ganadores de las alcaldías de Quito y Guayaquil, y de las prefecturas de Pichincha y Guayas, como muestran los siguientes datos:
COMPARATIVO ENCUESTAS Y DATOS OFICIALES DEL CNE
Elecciones Seccionales y del CPCCS 2023
Como se observa en la tabla anterior, al menos cuatro encuestadoras erraron totalmente en sus pronósticos electorales respecto de quienes ganarían los comicios en las Alcaldías de Quito y Guayaquil, donde Jorge Yunda y Cynthia Viteri, en su orden, aparecían como favoritos, así como Susana González para la Prefectura de Guayas. Sin embargo, a la luz de los resultados oficiales del CNE, esas cifras estuvieron totalmente equivocadas.
¿Qué sucedió? ¿Por qué erraron todas al mismo tiempo y con los mismos candidatos? Estas empresas le deben una explicación técnica al país sobre lo sucedido. En este contexto y pese a que el propio presidente Lasso y los candidatos locales reconocieron su derrota, cuatro días después de los comicios, el vicepresidente del CNE, Enrique Pita, denunció una supuesta alteración de actas del referéndum desde una oficina ubicada al interior de la Delegación Electoral de Guayas, cuyo director fue removido del cargo.
Esta denuncia, sin embargo, no tuvo el eco esperado por el oficialismo ya que al día siguiente, la Fiscalía General del Estado, allanó la Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República, dentro de las investigaciones por el caso Encuentro derivado de las publicaciones de La Posta, y por el caso Petroecuador.
A la luz de esta realidad, el presidente Lasso cambió a Francisco Jiménez por Henry Cucalón en el Ministerio de Gobierno, condecoró a los militares de la Casa Militar e hizo un llamado a un diálogo nacional que no tuvo acogida alguna.
Paralelamente, la Asamblea Nacional integró una comisión especial para investigar las denuncias del medio digital y analizan iniciar un proceso de juicio político contra el primer mandatario por esa causa.
En este océano de delirios y pensamientos desorganizados de todos los actores, la esquizofrenia política se va apoderando poco a poco de la sociedad, llenando el ambiente de incertidumbre por el futuro inmediato, y colocando al Estado al borde de una nueva crisis institucional de resultados impredecibles.
La opinión de Wilson Benavides.