Por: Wilson Benavides Vásquez, analista político
La decisión del movimiento Creando Oportunidades (CREO) de no presentar candidatos a la Presidencia ni a la Asamblea en las elecciones anticipadas del próximo 20 de agosto demuestra, al menos a primera vista, el aparente rotundo fracaso del “anti correísmo”, una ideología que se fue gestando desde antes de los comicios locales de 2014, intentó consolidarse territorialmente en 2019 y logró -en su tercer intento consecutivo- llegar al poder en las elecciones generales de 2021 con Guillermo Lasso a la cabeza.
El aparente ocaso de esta opción política refleja que su propuesta electoral se orientó únicamente en constituirse en la oposición de la Revolución Ciudadana del ex presidente Correa, pero careció de un plan de gobierno orientado a superarlo y menos aún a (re) construir una hegemonía política, basada en un pacto social de nuevo tipo.
La prometida lucha contra la corrupción cayó en saco roto luego de las denuncias sobre el supuesto manejo doloso de la Empresa Coordinadora de Empresas Públicas y el caso “León de Troya”, que implicó a Danilo Carrera, cuñado del presidente Lasso, con una presunta red de narcotráfico ligada a la mafia albanesa.
Sumado a ello, los índices de violencia, delincuencia e inseguridad ciudadana llegaron a niveles jamás vistos constituyéndose en la actualidad como el primer problema de los ecuatorianos, según lo reflejan las últimas mediciones de al menos tres empresas encuestadoras, dejando en segundo lugar al desempleo o la crisis económica, y en tercer lugar a la corrupción.
Principales problemas del Ecuador
CLICK REPORT | CEDATOS | ESTRATEGAS | |
Inseguridad | 37,23% | 39,8% | 69% |
Desempleo | 11,05% | 22% | 38% |
Crisis económica | 12,42% | 11,8% | 21% |
Corrupción | 20,01% | 7,3% | 21% |
Este escenario coloca a nuestro país no solo como uno de los más inseguros de la región sino que lo convierte en un Estado sin alternativas para las presentes y futuras generaciones, lo que está provocando una masiva y dramática migración de ecuatorianos por la selva de Darién, que pasa casi desapercibida del debate de nuestra clase política.
Según la última encuesta de Perfiles de Opinión, con una muestra de 600 casos en Quito y Guayaquil, la credibilidad del presidente Lasso cayó casi 60 puntos porcentuales en dos años, pasando del 69,50% en abril de 2021 a 10,49% en mayo de 2023.
Con esas cifras coinciden prácticamente todas las encuestadoras. Cedatos, por ejemplo, con una medición de 2400 casos en 34 ciudades, afirma que el 70,6% de la población desaprueba la gestión del primer mandatario, el 76,7% “no le cree” y el 72% califica de “mala” y “muy mala” a su forma de gobernar.
Pero estas cifras rojas, golpean también al régimen político como lo revela Perfiles de Opinión. En mayo de 2021, el 48,17% de los encuestados consideraban que el país era gobernado democráticamente, mientras que en el mismo mes de 2023, ese porcentaje cayó al 8,55%, representando una estrepitosa caída de casi 40 puntos porcentuales.
De allí, que tanto las instituciones como los liderazgos están mayoritariamente golpeados como lo refleja la siguiente tabla.
Imagen institucional y líderes nacionales
Instituciones | ||
Positiva | Negativa | |
Fuerzas Armadas | 54,24% | 45,76% |
Policía Nacional | 43,65% | 56,35% |
Empresarios | 42,86% | 57,14% |
Medios de comunicación | 39,26% | 60,74% |
Función judicial | 12,51% | 87,49% |
Líderes políticos | ||
Rafael Correa | 38,33% | 61,67% |
Jaime Nebot | 28,75% | 71,25% |
Leonidas Iza | 19,10 | 80,90 |
Guillermo Lasso | 18,84 | 81,16 |
¿Quién rescata al Ecuador entonces? Aunque la “muerte cruzada” ha develado que tenemos la más variopinta colección de aspirantes a políticos, dispuestos a “sacrificarse” para “salvar la Patria” a punta de autoritarismo, novelería o improvisación, las cifras antes expuestas hablan por sí solas.
En el mundo de los hechos y no solo en el de las percepciones, lo cierto es que los comicios de 2021 y las elecciones locales del 5 de febrero muestran el rotundo fracaso del “anti correísmo” en términos electorales. Hace dos años, esa fuerza política obtuvo 49 de los 137 escaños en la Asamblea Nacional y llegó a la segunda vuelta electoral, mientras que en febrero, se llevó un sin número de alcaldías y prefecturas, incluyendo las de las provincias con mayor número de electores como Guayas, Manabí, Pichincha y Azuay, así como las alcaldías de Quito, la capital del país, y de Guayaquil, el puerto principal.
Será, entonces, que de repetirse -en los comicios de agosto- la tendencia electoral de 2021 y febrero de 2023, ¿Ecuador habrá puesto punto final al experimento postcorreísta? La pregunta está planteada.
La opinión de Wilson Benavides.