La Dirección del Parque Nacional Galápagos anunció, el 19 de septiembre, que tres aves, de un total de cinco que fueron evaluadas, arrojaron resultados positivos para la influenza aviar H5N1.
No obstante, las autoridades trataron esta información como preliminar y enviaron el material recopilado al Instituto Nacional de Investigación de Salud Pública (INSPI) en Guayaquil para su confirmación.
Ante esta situación, el Ministerio del Ambiente activó de inmediato los protocolos de bioseguridad para minimizar el riesgo de propagación del virus. Como medida preventiva, se cerró el acceso a las áreas de visita donde se han encontrado aves afectadas. Esta restricción incluye a Genovesa y Punta Pitt en la isla de San Cristóbal, así como Punta Suárez y Punta Cevallos en la Isla Española.
Además, se instó a los operadores turísticos a reforzar la desinfección del calzado y la vestimenta al ingresar y salir de otros sitios de visita terrestres, así como a desinfectar regularmente las áreas comunes al aire libre y las embarcaciones auxiliares utilizadas para el transporte de pasajeros.
El ministro de Ambiente, José Antonio Dávalos dispusó la movilización de un equipo especializado a la zona. “Hemos movilizado todos nuestros recursos y expertos para implementar medidas que reduzcan su impacto en este ecosistema único”, señaló.
Dávalos recomendó no tocar ni recoger las aves muertas para evitar posibles riesgos.