Con más de dos millones de aves, el Gobierno nacional iniciará la vacunación para la influenza aviar en abril de 2023, según informó el titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Bernardo Manzano.
“Esta es una buena noticia para enfrentar esta enfermedad que afecta a las aves de corral (…) Hoy damos un paso importante para proteger la producción avícola y la soberanía alimentaria del país”, señaló Manzano, quien confirmó que la empresa privada financiará las vacunas, con la asistencia técnica de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad) y el MAG.
Hasta la fecha, Macuna-Avimex es la única empresa autorizada para importar las dosis para inocular a más de dos millones de aves. En tanto, otras tres empresas esperan la validación: Boehringer Ingelheim (Alemania), Zoetis (Estados Unidos) y Rebexa (Puerto Rico), explicó Manzano.
Subcomité técnico
Se conoce que el Subcomité Técnico de la Comisión Nacional de Avicultura recomendó que la alianza de empresas importe 4 millones de dosis.
En este subcomité participan representantes de la Corporación Nacional de Avicultores, Conave; Unión de Productores de Huevo, Uniproh; Asociación de Avicultores de Cotaló, Asavico; Asociación de Médicos Veterinarios del Ecuador, Amevea-E; así como la Universidad Central; Universidad San Francisco de Quito; Subsecretaría de Producción Pecuaria del MAG; y Agrocalidad.
El ministro Manzano precisó que las primeras dosis servirán para vacunar a más de 2 millones de aves, con esquema completo. Se trata de la primera fase, que iniciará en granjas de Cotopaxi, Tungurahua y Pichincha, que han sido ubicadas en el foco de contagio de la influenza aviar.
El Subcomité recomendó, además, el uso de una vacuna recombinante inactivada, que ya ha sido aplicada en otros países como México, donde circula la misma cepa de gripe aviar reportada en Ecuador.
Patricio Almeida, director ejecutivo de Agrocalidad, dijo que la vacuna es biológicamente segura por lo que no constituye un riesgo para los humanos. También detalló que pese a que disminuye la tasa de mortalidad del 80 % al 40 %, no evita el contagio a otras granjas.