Jairo Flores, vocero de la Asociación de Servidores Penitenciarios Activos del Ecuador, en entrevista para el Noticiero “A Primera Hora” de Majestad Radio, reveló que un agente penitenciario está encargado de controlar a 200 y hasta 300 personas privadas de libertad (PPL). Esta cifra está muy por encima de la que había revelado el Gobierno, en el sentido, que supuestamente, un guía controla 27 PPL. “Somos 1.400 agentes penitenciarios distribuidos en tres turnos de trabajo. En las cárceles regionales, hay 60 agentes penitenciarios, distribuidos para tres etapas: mediana, mínima y máxima seguridad y tienen sus puestos fijos. Lamentablemente somos insuficientes”, alertó.
Flores añadió que, dadas las condiciones actuales, los guías penitenciarios se han limitado únicamente a los procesos logísticos. Así, dijo que se encargan, entre otros, de abrir las puertas y pasar lista. “El agente penitenciario ha venido siendo denigrado. Nosotros en vez de crecer, hemos disminuido. Ya no tenemos escuela penitenciaria, y la preparación por parte de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas, no va acorde a nuestro trabajo”, criticó.
Sobre el acceso a formación
Además, Flores agregó que se permitió el ingreso de jóvenes de 18 años de edad, cuando no están facultados para manejar un sistema carcelario. “No podemos comparar a una persona con 25 años de servicio, frente a uno de 18 años de edad, e incluso los de mayor experiencia quedaron por debajo de compañeros que solo tenían títulos, pero no la experticia necesaria”, explicó.
Por ello dijo, es preciso retomar una escuela de capacitación propia del sistema penitenciario, donde los capacitadores sean los mismos agentes de seguridad penitenciaria. Estas declaraciones se producen luego que durante el fin de semana, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y Adolescentes infractores (SNAI), informó que PPL del centro de privación de libertad Azuay No. 1 entregaron de forma voluntaria armas de fuego, armas de fabricación artesanal y teléfonos celulares, anuncio que llamó la atención al país porque confirma que las cárceles son tierra de nadie.