Las leyes ecuatorianas son claras, aseguró Lissette Pardo, abogada penalista. Sin embargo, a su parecer, las autoridades tienen un desconocimiento de las mismas. Así, aseguró que el problema no radica en la falta de leyes sino en la escasez de recursos y estudios amplios en materia criminal. “Cada seis meses se ha estado reformando en partes el COIP generando una demagogia punitivista, un fetiche legal, buscando la manera de atraer más desconocimiento del que ya existe”, criticó.
En esa línea alertó que la Fiscalía ataca a un grupo de abogados que están luchando para que las leyes se cumplan. Sin embargo, aseguró que las normas muy bien escritas y que incluso existen sanciones emblemáticas.
Con ese escenario, lamentó que “tenemos un sistema policial bastante ineficiente y nefasto, con un desconocimiento grave, hay varios operadores que ni siquiera saben cómo hacer un parte policial en un delito flagrante”. Además, dijo que a pesar de las normas, el problema radica en que no existen los recursos ni la necesidad de instruir. ”Esta obligación se está cargando al sistema de justicia que tampoco tiene recursos ni al 100% de capacidades porque no están distribuidos de manera específica a la materia a tratar”, agregó.
Sistema de Justicia
Por su parte, en torno al sistema de justicia dijo que es “estereotipado” y que está “actuando de manera inquisitiva, atacando a las personas y usando las garantías a discrecionalidad, no existe una cultura de prevención”, añadió.
Para Pardo, la general de Policía Nacional, Tannya Varela, “no trabajó en torno a lo que se debe. No estoy desmereciendo su labor policial pero sí su desconocimiento”, dijo. Así, alertó que esa falta de trabajo y conocimiento trajo graves consecuencias. Por ejemplo, señaló que la sociedad siente que las leyes encubren a los victimarios y que dicha postura nace de las propias autoridades. “Es grave porque ponen en riesgo mucho más la seguridad”, dijo.