Por: Héctor Calderón
Fuera de las distintas ideologías no podemos dejar de reconocer que el odio nos ha llevado a tener 3 gobiernos incapaces y que lo único que han buscado es saciar su sed de venganza, su ambición y sus intereses económicos.
Hoy Ecuador está por tocar fondo, si es que no lo ha hecho. Y ya no solo por la inseguridad, pero porque también ya vivimos en la obscuridad. El sistema de generación de energía eléctrica está por colapsar y, a pesar de que el presidente candidato lo había ofrecido en el debate, este gobierno ha sido incapaz de prevenir y manejar la crisis.
A esto sumemos, el manejo político que tiene el gobierno actual. Lo que han hecho con Verónica Abad es infame. Puedes estar a favor o en contra de la ideología y pensamiento de la vicepresidenta, pero no puedes estar a favor del atropello constitucional y democrático que se ha perpetrado en su contra. Hay que recordarle a Noboa que él escogió a su vicepresidenta, que en octubre de 2023 el binomio ganó las elecciones, no solo él; la mayoría de los ecuatorianos los eligió a los dos.
Otra vez el presidente demuestra esos aires de autoritarismo y de dictadorzuelo que no son más que caprichos de un niño maleducado. Aquí no se trata de defender a Abad, se trata de defender la democracia, la constitución y el Estado de Derecho.
Y ahí no termina todo. La revelación de los chats del celular de Fernando Villavicencio demuestra la podredumbre de nuestra política, de los medios de comunicación y del sistema de justicia. Quienes enarbolaban la bandera de la libertad, de la lucha por la justicia, quienes decían ser perseguidos y se victimizaban; resulta que eran los sicarios de tinta, asalariados de grupos de poder que movían la opinión pública y las investigaciones de la Fiscalía a su antojo. La complicidad de quienes lo defendían, la mirada a otro lado de los medios hegemónicos y el silencio de las autoridades, entre ellas la Fiscal, aludidas en la debelación de los chats; solo demuestra que todo es cierto, que nos quisieron hacer creer que ellos eran los buenos y resulta que ellos eran quienes manejan las granjas de trolls, manipulaban la información y judicializaban la política a su antojo e interés.
¿Qué nos falta para tocar fondo? O ¿ya estamos ahí? ¡Qué época que nos ha tocado vivir!
La opinión de Héctor Calderón