Por: José Antonio Sánchez
De seguro han escuchado esta frase en épocas de campaña e incluso en épocas fuera de ellas. Cuando tu papa, un tío o un amigo emprendedor te dice “Mijo, no meta todos los huevos en una sola canasta. ¡Diversifique mijo!”.
Bueno, llevando esto al plano político, la evidencia demuestra como muchos siguen al pie de la letra esta frase popular y casi bendita sugerencia de los que saben.
Así, vemos como en cada proceso electoral los medios de comunicación tradicionales ponen huevos, huevitos o huevotes en ciertos nidos (candidaturas). Aunque lo cierto es, que ponen huevos como la hembra del pájaro carpintero (Picidae). Es decir, en varios nidos. Incluso en aquellos que no son tan de su tendencia.
Los empresarios son otra especie de pájaros que les encanta andar poniendo en varias canastas. Pero, a diferencia de los primeros, ellos no cacarean los huevos que ponen. Es decir no lo andan pregonando a pecho hinchando. Pero, sí hay alguien que lleva el registro de cuantos huevos se puso en cada canasta.
Los políticos y los que quieren un pedazo del pastel o un puesto en el próximo gobierno generalmente no tienen huevos, pero les gusta cacarear como si hubieran puesto una docena de ellos. “Tengo huevos, pongo huevos, huevos, súper huevos» y así generalmente consiguen algo.
Esta analogía no necesita ninguna explicación. Pero, se las voy a dar porque le faltan caracteres a este artículo. Los medios, empresarios y los políticos camiseteros distribuyeron sus huevos en apenas dos candidaturas: las de Arauz y Lasso, las que todas las encuestas señalaban serían los que estarían en segunda vuelta. Algunos empresarios no pusieron huevos por voluntad propia. Fueron llamados a poner sin ni siquiera haber tenido un gallo que se haga responsable. Los medios hicieron su jugada como en cada proceso, apoyaron a un candidato o dos y pusieron su contenido al servicio de sus intereses, se evidenciaron desde el armado de la pauta informativa y en los tiempos asignados para cada nota, casi siempre el candidato elegido (al que le pusieron los huevos) contaba con entrevistas frecuentes y se incluía detalles positivos e incluso datos de su plan de gobierno. En cambio, el otro o los otros, eran parte de notas leídas y en ocasiones graficadas con la peor toma del candidato o complementada con alguna equivocación en su discurso. Esto por el simple hecho de querer aparentar ser pluralistas, pero a Yaku nadie le puso huevos y si se los pusieron fueron unos pequeños y quizás hasta dañados.
Hoy Yaku Pérez está virtualmente en segunda vuelta y de seguro muchos estarán queriendo llenar su canasta de huevos rosados, grandes y hasta de doble yema.
Al final del día, cuando no sabes calcular, puedes tener unos huevazos, pero si no viste la canasta que andaba escondida, lo más probable es que tus huevos no eclosionen y que tampoco sirvan para unos omelettes, revoltillos, huevos fritos, huevos duros…
La segunda vuelta se acerca y si alguien quiere poner sus huevos en la canasta de Yaku, como de hecho se intentará, deberán primero bajar la cabeza y comerse su orgullo.