Por: María Eugenia Molina. Doctora Ph.D. en Comunicación. Consultora, académica
El presidente de la República, Guillermo Lasso, viajó este domingo 17 de septiembre a Estados Unidos para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el Consejo de Seguridad y para mantener reuniones de trabajo, viaje que durará 10 días, así se dio a conocer por fuentes oficiales del gobierno; pero, esta que es su salida número 26 en 28 meses de gobierno, lo hace en medio de circunstancias profundamente difíciles para el Ecuador que vive momentos de alta conflictividad, violencia, inseguridad, delincuencia, asesinatos, que sumadas a las altas tasas de desempleo, economía pauperizada, desabastecimiento de medicinas en los hospitales, deserción y exclusión escolar, no era el momento idóneo para realizar tal desplazamiento que bien podía ser asumido por la segunda autoridad o por su canciller; tomando en cuenta, además, que estamos a menos de un mes de la segunda vuelta electoral.
¿Es negativo que el Primer Mandatario haga un viaje oficial? No, lo que es cuestionable es el momento en el que lo hace, pues las circunstancias ameritan que el Presidente esté al frente hasta el último día de su mandato y que, por ejemplo, el anuncio del cambio de alerta por el fenómeno de El Niño, para el que no estamos preparados como país, lo haga en territorio; adicionalmente, cuánto de provecho implica para el país este viaje, se trata de que si hace un desplazamiento de 10 días, por citar este último, qué de prominente logra con ello, si estamos viendo, por ejemplo, que entre los “aspectos destacados” está ir a entregar condecoraciones y posar para las fotos con una amplia sonrisa, misma que no compagina con los rostros de miedo que tenemos las y los ecuatorianos cada día al salir a la calle e incluso mientras estamos en nuestros hogares.
Tales galardones, tanto para el expresidente Bill Clinton como para el senador Christopher Dodd, los entregó en nombre del Ecuador, un Ecuador que atraviesa una de sus peores crisis y de las que el mandatario no toma el control como debería, como lo necesita el país y como lo requiere la complejidad de cada una de ellas, porque los acuciantes problemas no han sido tratados con la eficiencia que debieron y porque es más cómodo mirar a otro lado o ir a otro lado; entonces, nuevamente, si no hay un para qué del viaje, traducido en logros reales, qué de provechoso tiene el mismo para los ecuatorianos cuando ahora lo prioritario no está fuera, sino dentro del territorio ecuatoriano.
Pero si condecoraciones entrega, también las recibe, tal es el caso del “Champion of Freedom Award”, según la cuenta de X de Guillermo Lasso, esto debido a que el trabajo que lleva a cabo Ecuador es reconocido por el mundo, y como dato en el post de su cuenta agradeció a la universidad Adam Smith Center for Economic Freedom, pero usuarios de la red social corrigieron el error indicando que no es la Universidad Adam Smith, sino la Universidad Internacional de la Florida donde funciona el Centro Adam Smith; desde la máxima que refiero con frecuencia que #TodoComunica, hubiese sido bueno que quienes manejan la cuenta del Presidente, se cercioren de los datos antes de subirlos a la red como información oficial.
En lo que va del viaje también hemos visto que mientras Guillermo Lasso pide a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, hacer los esfuerzos necesarios con el objetivo de buscar la paz entre Rusia y Ucrania, el país que él preside se debate en distintas guerras internas de las cuales, todos salimos perdiendo.
Finalmente, los errores van en todas las gamas, desde el timing en el que se realiza el viaje, pasando por lo que se fue a hacer y terminando por desatinos y yerros que nos llevan a pensar, una vez más, que se comunica como se gobierna y que cuando se lo hace desde las acciones sin privilegiar las estrategias, no se consiguen más que actos puntuales de los que no nos beneficiamos los habitantes de este país que se desangra, mientras nuestro gobernante está de viaje.
La opinión de María Eugenia Molina.