Por: José Antonio Sánchez
Las elecciones se acercan y la ansiedad de actores y detractores crece cada día, no por la natural incertidumbre que provoca ganar o perder una elección, sino porque de perderla deberán esconderse bajo una gran alfombra.
Ahí bajo esa alfombra, estarán: Corruptos, mentirosos, insultadores, xenófobos, cuenteros, demagogos, abogados, periodistas, catedráticos, políticos, cachiporreros, funcionarios de gobierno, candidatos perdedores, magistrados, asesinos, testaferros, vendedores de humo, alcaldes, simpatizantes, ex ministros, empresarios e incluso aquellos que amenazan, en cada elección, con irse del país si su candidato no gana.
Y no se esconderán por su posición o su tendencia política, sino porque se convirtieron en odiadores por intereses personales. Ciertamente, el país está dividido, pero eso no debería extrañar en una sociedad democrática. Así mismo suelen ser las cosas en la vida. Se esconderán porque o están conscientes que usaron cuatro años para perseguir y condenar y se olvidaron del país o se esconderán porque evitarán recibir la estocada final.
El país camina hacia la etapa de la venganza como una saga fílmica de dos bandos, donde solo se piensa en la destrucción del otro, en su desgracia, en su miseria y su ruina. Tristemente podemos estar frente a cuatro años más de mirar hacia adentro y seguir poniéndonos a la cola en la región, donde nos alegra cuando nos dan créditos, que usamos para gasto corriente y creemos que por haber pateado el pago para años futuros no es deuda.
¿Cuándo será el día en que Ecuador tenga una oportunidad real de salir adelante, donde la educación llegue a lugares remotos, donde los dispensarios médicos en la Amazonía sean más que cuatro paredes de madera, donde los agricultores pequeños no sean víctima de los intermediarios o de las cadenas de supermercados, donde generar empleo no sea solo trabajo en la construcción, donde el estado pueda cuidar cosas simples como la bodega de medicina de un hospital para que no se las roben?
¿Cuándo llegará el día donde no sigamos metiendo las cosas bajo la alfombra y nos decidamos hacer una limpieza por el bien y futuro del país?