Luego de una semana de protestas, que dejaron al menos dos fallecidos, el Congreso de Perú votó por Francisco Sagasti como nuevo presidente de ese país.
Sagasti asume esta martes 17 de noviembre la jefatura del Estado peruano a las 16:00.
El catedrático de 76 años reemplaza a Manuel Merino, quien dejó el Congreso para tomar posesión tras la destitución de Martín Vizcarra por presunta corrupción y no pudo saborear las mieles del poder.
Apenas unos días después de recibir la banda presidencial, las manifestaciones de protestas le obligaron a Merino a dimitir de manera “irrevocable”.
Ayer también fue elegida de conjunto la primera vicepresidenta del Congreso, Mirtha Vásquez, defensora del medio ambiente y los derechos humanos.
¿Quién es Sagasti?
Es un ingeniero Industrial, catedrático en EE.UU.; Europa y Perú.
Fue funcionario y consultor de organismos internacionales como el Banco Mundial.
Con Sagasti es doctorado por la Escuela de Negocios Wharton de la misma universidad.
Obtuvo una maestría en la Universidad Estatal de Pennsylvania.
De 1987 y 1990 fue Jefe de la División de Planeamiento Estratégico del Banco Mundial. Allí fue responsable del área de ciencia y tecnología.
Entre 2009 a 2014 también fue investigador principal de FORO Nacional/Internacional.
Fue asesor ministerial del gobierno nacionalista de Juan Velasco Alvarado y de la Cancillería y otros organismos.
Estuvo entre los rehenes de la embajada de Japón en Lima, tomada en diciembre de 1996.
Ingresó a la política en 2011, como candidato al Parlamento Andino, por el partido ambientalista Frente Amplio (FA)-
Este 2020 fue elegido como congresista por Lima del Partido Morado.
El reto
Ahora Sagasti tiene la misión de apaciguar los ánimos y conducir los destinos de la nación hasta que convoque a las elecciones de abril de 2021.
“Será un gobierno plural que mantendrá la lucha contra la corrupción”, declaró la víspera tras ser elegido por 97 votos a favor y solo 26 en contra.
El flamante Jefe de Estado peruano gobernará por solo ocho meses, pero en ese período deberá apuntarle también a atender la crisis por el impacto del Covid-19 y la situación económica, así como al pliego petitorio emanado de las protestas ciudadanas.