Los residuos de mascarillas aumentaron un 9.000 % entre marzo y octubre de 2020, según un estudio del Centro ‘Revolutions Plastics’ de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido).
Durante el periodo analizado se recogieron más de dos millones de mascarillas en once países, entre ellos: España, Alemania, Australia, Estados Unidos y Reino Unido. Los investigadores se basaron en los resultados de dos bases de datos de código abierto: ‘COVID-19 Government Response Tracker’ y una aplicación de recogida de basura llamada ‘Litterati’.
Entre marzo y mayo del 2020, cuando iniciaron los primeros confinamientos, la salida de mascarillas fue escasa, pero se incrementó. Entre junio y octubre, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el uso de mascarillas para facilitar la interacción social, la proliferación de estos artículos «aumentó drásticamente”.
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Posible «desastre medioambiental»
Steve Fletcher, director de ‘Revolutions Plastics’ destaca que «a pesar de que se ha dicho a millones de personas que usen mascarillas, se han dado pocas orientaciones sobre cómo eliminarlas o reciclarlas de forma segura. Si no se mejoran las prácticas de eliminación, se avecina un desastre medioambiental”.
Generalmente, las mascarillas se fabrican con materiales plásticos de larga duración; al desecharse, pueden durar en el medio ambiente durante décadas e incluso cientos de años.
A largo plazo, si los artículos desechados en el medio ambiente son de plástico, acabarán convirtiéndose en microplásticos; existe la posibilidad de que estos residuos entren en la cadena alimenticia. Si los animales de gran tamaño ingieren este tipo de basura, pueden sufrir complicaciones. Además, corren el riesgo de enredarse, sufrir asfixia y generar complicaciones a organismos más pequeños y a la vida vegetal.
Fuente: DW