Con el 97,40% de las actas escrutadas hasta las 17:30 de este lunes 8 de febrero, el partido Fuerza Ecuador consiguió tan solo el 0,86% para la dignidad de asambleístas nacionales. Con ese porcentaje, el expresidente y candidato Abdalá Bucaram no logrará llegar al Legislativo.
El pasado 4 de diciembre de 2020 inició la candidatura de Bucaram. Para esa fecha, el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) dispuso al Consejo Nacional Electoral (CNE) que califique la lista de candidatos a la Asamblea Nacional por el movimiento FE. En respuesta, Bucaram celebró la decisión en sus cuentas oficiales de redes sociales. Esta respuesta llegó tras la negación de la inscripción del expresidente. El 13 de octubre de 2020, el CNE otorgó dos días de plazo para que los candidatos de FE subsanen los requisitos. Según el informe, negaron la inscripción por no suscribir el plan de trabajo y no aceptar presencialmente su precandidatura. Ante la notificación, Bucaram Ortiz apeló ante el TCE.
El expresidente lideraba la lista para asambleístas nacionales. Es decir, el movimiento ex Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) no lograría ninguna curul para asambleísta nacional.
Proceso penal
Una vez inscrita la candidatura de Bucaram, los procesos penales en su contra quedaron suspensos hasta las elecciones de febrero.
El candidato es parte de una investigación fiscal bajo la presunción de estar implicado en el delito de delincuencia organizada, en la venta irregular de insumos médicos durante la emergencia sanitaria por el Covid-19; y por presunta tenencia ilegal de bienes patrimoniales.
Desde distintos sectores hubo el rechazo a la candidatura de Bucaram que, según analistas, no buscaría el regreso a la política. Sino más bien la búsqueda por la inmunidad que lograría como candidato hasta el 2021.
La presencia de Fuerza Ecuador
En las elecciones de 2017, FE logró un escaño en la Asamblea Nacional de la mano de María Mercedes Cuesta. Ella lideraba el listado de legisladores y fue la única en lograr una curul. Sin embargo, Cuesta se declaró independiente y, con ello, la organización política perdió fuerza en el Legislativo.