El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará el 7 de mayo, según informó la oficina de prensa del Vaticano.
Los cardenales presentes en Roma tomaron la decisión este lunes, 28 de abril, en su quinta Congregación General.
En la reunión se abordó el tema, aunque no se tomó ninguna decisión, de la posible participación o no del cardenal Angelo Becciu, a quien Francisco quitó los privilegios de purpurado por su implicación en un escándalo financiero porque el que ha sido condenado, pero él insiste en que conserva las prerrogativas de entrar en el cónclave.
El cónclave tendrá lugar en la Capilla Sixtina del Vaticano, que permanecerá cerrada a los visitantes durante esos días.
El próximo miércoles los cardenales participarán en una misa solemne en la Basílica de San Pedro del Vaticano, tras la cual los que tengan derecho a voto -menores de 80 años- pasan a encerrarse para votar en un proceso secreto que puede durar varios días.
Los cardenales fueron convocados a Roma para elegir al nuevo papa. Del total de 135 con derecho a voto -porque tienen menos de 80 años-, 80% fue designado por Francisco. No obstante, en esta ocasión, serán 133 los que participarán en el cónclave, tras dos bajas.
El primer pontífice latinoamericano fue enterrado el sábado tras un solemne adiós en presencia de líderes internacionales y más de 200.000 personas.
Claves del Cónclave en el que se elegirá al nuevo Papa
La tradición dicta que todos los cardenales electores, se trasladarán la tarde anterior al inicio del cónclave a la Casa de Santa Marta, la residencia en el interior del Vaticano donde vivió Francisco, para cenar juntos.
Desde ese momento permanecerán aislados del mundo, totalmente incomunicados.
Ocho de cada diez cardenales que participan en el cónclave fueron nombrados por Francisco (108), frente a los 21 nombrados por Benedicto XVI y los 4 de Juan Pablo II.
A pesar de haber sido elegidos en su mayoría por el papa Francisco, fallecido el pasado lunes a los 88 años, los 133 cardenales que formarán el cónclave que elegirá a su sucesor son un grupo heterogéneo que no se conoce y sin una idea común sobre el futuro de la Iglesia, lo que hará que se presenten en la Capilla Sixtina fuertemente divididos.
Una de las diferencias con respecto al cónclave que hace doce años se reunió para elegir a Jorge Bergoglio es el número de cardenales electores, es decir, los que tienen menos de 80 años el día de la renuncia o de la muerte del papa, que es mucho mayor que en otras ocasiones.
Por grupos de edad, solo 15 cardenales tienen menos de 60 años. El más joven es el ucraniano Mykola Bychok, obispo en la ciudad australiana de Melbourne, de 45 años.
Otros 45 tienen entre 60 y 70 años y la mayoría (73) tienen entre 71 y 80. El de más edad es el español Carlos Osoro Sierra, de 79 años y cardenal arzobispo emérito de Madrid.
El continente más representado en el cónclave es Europa, con 49 cardenales, seguido de América, con 37; Asia, con 24; África, con 19, y Oceanía, con 4.
La agenda del día 7 de mayo
En la mañana del 7 de mayo los cardenales celebrarán la misa «Pro eligiendo pontífice» y por la tarde se irán a la Capilla Sixtina para proceder al juramento de los cardenales y comenzar la elección.
La procesión
Por la tarde los cardenales electores irán en procesión a la Capilla Sixtina, invocando la asistencia del Espíritu Santo con el canto del Veni Creator.
El ‘extra omnes’
Al final del juramento dentro de la Capilla Sixtina, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, proclamará el ‘Extra omnes’ (todos fuera) y se cerrarán las puertas. Sólo los cardenales electores permanecen dentro. Entonces se procederá a una primera votación que podría empezar a indicar el rumbo de la elección.
Las votaciones
Los cardenales votarán dos veces por la mañana (inmediatamente después del laudes) y dos veces por la tarde (a las 16.00 hora local (14.00 GMT). Actualmente hay 133 cardenales electores y se necesitan dos tercios de los votos para ser elegido sucesor de Pedro.
El procedimiento de votación
Los Maestros de Ceremonias dan al menos dos o tres papeletas en blanco a cada elector y salen de la Capilla Sixtina. Cada cardenal llena en secreto la papeleta, escribiendo «claramente, con una letra lo más reconocible posible, el nombre de la persona que elige». Después, dobla la papeleta por la mitad y, sosteniéndola en alto y claramente visible, se dirige al altar, cerca del cual se encuentran los tres escrutadores.
El cardenal jura: «Invoco a Cristo el Señor, que me juzgará, por testigo de que mi voto se da a quien, según Dios, creo que debe ser elegido». Coloca la papeleta en un plato y la desliza dentro de una cáliz, utilizado como urna. Se inclina ante el altar y regresa a su asiento.
Al final de la votación, el primer escrutador sacude la urna varias veces para mezclar las papeletas y el tercer escrutador transfiere las papeletas, una por una, a otro cáliz. Si el número de papeletas corresponde al número total de electores, se procede al recuento.
Los escrutadores se sientan en una mesa colocada delante del altar. El primer escrutador abre una tarjeta y lee el nombre. El segundo repite el procedimiento. El tercer escrutador anota el nombre y lo lee en voz alta, luego perfora las tarjetas con una aguja y las une todas con un hilo.
El Camarlengo recoge las notas y redacta un acta con el resultado. Todos los papeles se queman en la estufa, con un aditivo químico para cambiar el color del «humo».
Las oraciones
Durante el cónclave, los cardenales celebrarán cada día la misa y luego se trasladarán a la Capilla Sixtina, donde a las 9.00 hora local (7.00 GMT) rezarán el ‘laudes’. Después de la segunda votación de la tarde, los electores rezarán las vísperas.
La ‘fumatta’ (humo)
Cada dos votaciones, las papeletas en las que los cardenales han escrito su candidato se queman en una estufa dentro de la Capilla Sixtina y el humo sale de una chimenea situada en el tejado de la misma, alrededor de las 12.00 (10.00 GMT) y de las 19.00 (17.00 GMT). Pero el humo podría salir antes de esas horas, lo que significaría que se ha elegido papa en la primera votación de cada turno.
‘Fumatta’ blanca y campanas
Una vez realizada la elección, saldrá humo blanco de la chimenea y al mismo tiempo sonarán seis campanas de San Pedro en señal de celebración.
La «sala de las lágrimas»
En la sacristía de la Capilla Sixtina se prepara una sala con los vestidos del nuevo pontífice de varias tallas. Se trata de la «sala de las lágrimas», llamada así porque es el lugar donde el elegido desahoga la emoción que ha contenido hasta ese momento.
Fuentes: EFE, Vatican News