Ha muerto uno de los últimos símbolos, sino el último, de la lucha contra Apartheid: Desmond Tutu. Él y Nelson Mandela fueron los rostros más visibles del triunfo sobre ese sistema segregacionista en Sudáfrica.
La agencia Efe reportó este domingo 26 de diciembre que numerosas personalidades de Sudáfrica, del continente africano y del mundo rindieron este domingo tributo a la lucha incansable y al legado humano del arzobispo emérito sudafricano y premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, fallecido hoy a los 90 años en Ciudad del Cabo (suroeste).
El primero en homenajear públicamente a Tutu fue el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, al anunciar a primera hora la noticia de su muerte.
«El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo para nuestra nación que despide a una generación de sudafricanos excepcionales que nos legaron un país liberado», afirmó el presidente Cyril Ramaphosa en un comunicado.
«En nombre de todos los sudafricanos», su «profunda tristeza tras la muerte» de esta figura esencial de la historia sudafricana, después del fallecimiento en noviembre de Frederik de Klerk, el último presidente blanco del país.
Aquí relacionamos parte de la Declaración del presidente Ramaphosa:
“Desmond Tutu fue un patriota sin igual; un líder de principios y pragmatismo que dio sentido a la percepción bíblica de que la fe sin obras está muerta.
“Un hombre de extraordinario intelecto, integridad e invencibilidad contra las fuerzas del apartheid, también era tierno y vulnerable en su compasión por aquellos que habían sufrido opresión, injusticia y violencia bajo el apartheid, y personas oprimidas y oprimidas en todo el mundo.
“Como presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, expresó la indignación universal por los estragos del apartheid y demostró de manera conmovedora y profunda la profundidad del significado del ubuntu, la reconciliación y el perdón.
“Puso sus amplios logros académicos al servicio de nuestra lucha y al servicio de la causa por la justicia social y económica en todo el mundo.
“Desde las aceras de la resistencia en Sudáfrica hasta los púlpitos de las grandes catedrales y lugares de culto del mundo, y el prestigioso escenario de la ceremonia del Premio Nobel de la Paz, el Arco se distinguió como un defensor no sectario e inclusivo de los derechos humanos universales.
“En su vida, rica en inspiración pero desafiante, Desmond Tutu superó la tuberculosis, la brutalidad de las fuerzas de seguridad del apartheid y la intransigencia de los sucesivos regímenes del apartheid. Ni Casspirs, ni los gases lacrimógenos ni los agentes de seguridad pudieron intimidarlo o disuadirlo de su firme creencia en nuestra liberación.
“Se mantuvo fiel a sus convicciones durante nuestra administración democrática y mantuvo su vigor y vigilancia mientras hacía rendir cuentas al liderazgo y las florecientes instituciones de nuestra democracia en su forma inimitable, ineludible y siempre fortalecedora».
¿Quién fue Desmond Tutu?
Nacido en Klerksdorp (Sudáfrica) el 7 de octubre de 1931, a los 12 años emigró a Johannesburgo y se convirtió en maestro, ingresando más tarde en el ministerio anglicano y convirtiéndose en el obispo de Lesotho. En 1978, a raíz de las revueltas de Soweto surgidas dos años antes, Sudáfrica estaba sumida en el caos, y el arzobispo fue persuadido para ocupar el cargo de secretario general del Consejo Sudafricano de las iglesias. Fue desde esta posición que Tutu se convirtió en una figura tanto nacional como internacional, encabezando la lucha por la justicia, la reconciliación y el fin del apartheid, desafiando a la sociedad blanca y el gobierno racista, por lo que en 1984 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.
En 1995 el entonces presidente sudafricano Nelson Mandela lo nombró presidente de la Comisión para la verdad y la reconciliación, un organismo creado para investigar violaciones en los derechos humanos producidas bajo el apartheid. (Tomado del sitio https://www.religiondigital.org/ )
¿Qué fue el Apartheid?
El Partido Nacional, que llegó al poder en Sudáfrica en 1948, hizo del apartheid una política de Estado y propugnó la perniciosa ideología de que personas de origen racial diferente no podían convivir en igualdad y armonía. Los gobiernos sucesivos reforzaron el legado de la opresión racista contra la población que no fuera blanca (los indígenas africanos, las personas de origen asiático y los mestizos), que constituía más del 80% de la población. La liberación nacional, en lugar de los derechos humanos, se convirtió en el objetivo de la lucha contra la tiranía racista.
El apartheid era una afrenta para los países de África y Asia que estaban independizándose del régimen colonial. Esos países, que pidieron que las Naciones Unidas consideraran que la grave situación de Sudáfrica constituía una amenaza contra la paz internacional y adoptaran medidas eficaces, incluidas sanciones, para liberar al pueblo sudafricano, recibieron el apoyo de mayorías cada vez más importantes en las Naciones Unidas.
La liberación de Sudáfrica de la tiranía racista y la reconciliación nacional subsiguiente fueron fruto de la lucha del pueblo sudafricano y de las iniciativas internacionales promovidas por las Naciones Unidas durante casi medio siglo. Aunque el régimen racista minoritario fue reemplazado por un Gobierno democrático sin distinciones raciales y las principales leyes racistas se derogaron en el proceso, quedó al nuevo Gobierno la tarea de eliminar los vestigios del apartheid y sus secuelas. En la actualidad, ningún Gobierno propugna el racismo y el problema no radica en la promulgación de leyes racistas. (Tomado de Naciones Unidas)
Lo que no se sabe
La emblemática Batalla de Cuito Cuanavale, con participación de tropas cubanas, abrió el camino para la caída del régimen racista de la minoría blanca en Sudáfrica, que poco después se vio obligado a legalizar e iniciar negociaciones con el Congreso Nacional Africano (ANC por sus siglas en inglés), y liberar a su líder, Nelson Mandela, en febrero de 1990. Las leyes segregacionistas serían finalmente derogadas el 17 de junio de 1991, aboliendo definitivamente el sistema opresor del pueblo sudafricano. (Tomado de TeleSur)