Durante el fin de semana, Perfiles de Opinión aplicó 795 encuestas en Quito y Guayaquil. Los resultados demostraron que con 32,52%, el voto nulo lidera la intención del voto rumbo a las elecciones del próximo 7 de febrero.
Posteriormente, se encuentra el candidato de la alianza Unión por la Esperanza, Andrés Arauz con 27,61%. En tercer lugar está el candidato por la alianza Partido Social Cristiano PSC y el movimiento CREO, Guillermo Lasso, que alcanza 21,76%. Para Yaku Pérez, de Pachakutik, existe el 5,49% de apoyo. «Después vienen candidaturas por debajo del 2%», explicó Paulina Recalde en un conversatorio en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
La percepción de los candidatos
Recalde también hizo un análisis con respecto a las tres candidaturas que lideran la intención del voto. Así explicó que la fortaleza en la candidatura de Arauz gira en torno a un voto de identidad, además que tiene a su favor «el representar de algún modo la renovación desde adentro». Además añadió que en términos de imagen tiene baja resistencia. Sin embargo, también tiene límites para la ampliación de su candidatura como poner al gran elector por encima del candidato, «es decir una campaña que ponga demasiado pesa en la figura solo de Rafael Correa y que deje al candidato sin voz y a la organización política con un límite para operar una eventual segunda vuelta», agregó Recalde. En este mismo sentido, explicó que juega en contra la retórica de la década ganada y el guion de antagonismo usado en 2017.
En el caso de Lasso, su máxima virtud es que significa la representación de la confluencia del anticorreísmo. Además, que juega un punto a su favor que tiene un largo tiempo en campaña con amplio posicionamiento. Además, los electores lo miran con atributos para resolver la situación económica. Pero, dentro de los límites de su candidatura se encuentra el identificarlo como banquero, la percepción de un cogobierno con Lenín Moreno y, dentro de los candidatos competitivos, «es quien tiene peor imagen o más alto rechazo», remarcó Recalde.
Las virtudes de Pérez, en cambio, se basan en los hechos de octubre. Sin embargo, la existencia de la percepción de tensión entre la Conaie y su brazo político, no permite tener un apoyo más nítido. A su favor también tiene la defensa del medioambiente, «sintoniza con la idea de disrupción y cercanía», dijo Recalde. Así mismo su fortaleza se centra en el Azuay. Pero tiene dificultades en el «saber hacer» que no tienen los otros candidatos.