Una poderosa tormenta comenzó a azotar la costa este de los Estados Unidos en las primeras horas de la mañana del sábado, siendo azotadas por fuertes vientos, inundaciones costeras y nevadas que han provocado caos en el transporte y cortes de energía para miles de personas.
Calificada como un ciclón bomba, la tormenta azotó con temperaturas muy por debajo de cero grados centígrados.
Casi 6.000 vuelos, tanto internos como internacionales, fueron suspendidos durante el fin de semana, estando los aeropuertos JFK y La Guardia en Nueva York, y el aeropuerto de Newark, de Nueva Jersey, entre los más afectados.
El director de la Autoridad de Transporte Metropolitana de Nueva York, Janno Lieber, indicó que sólo dos líneas de metro en Nueva York han sido cerradas por la nieve y que el servicio de autobuses no se ha visto interrumpido.
Los gobernadores de Nueva York, Nueva Jersey, Maryland, Rhode Island y Virginia declararon estados de emergencia, y pidieron a los residentes que se mantuvieran alejados de las carreteras. Muchos hogares han sufrido cortes de electricidad.
Conocido como “bombogénesis”, el evento ocurre cuando una tormenta se intensifica de manera rápida, algo que sucede en las latitudes medias de la atmósfera, de acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés).
Estos fenómenos naturales pueden adquirir características parecidas a un huracán, como vientos fuertes, precipitación y hasta un centro que podría parecer un “ojo”.
Fuentes: EFE, El Comercio