El 16 de septiembre, el Pleno del Congreso de Perú aprobó con 70 votos a favor el proyecto de ley que permite que fiscales o jueces dispongan la cremación de los restos de reos sentenciados por terrorismo que fallezcan en prisión.
La votación, que contó con 32 votos en contra y 14 abstenciones, se produce cinco días después de la muerte del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán. Es probable que en los próximos días se ordene la cremación de su cadáver.
La nueva ley contempla, además, que la autoridad sanitaria, en coordinación con el Ministerio de Justicia y el Ministerio del Interior, ejecuten lo dispuesto por la autoridad competente en un plazo máximo de 24 horas. La cremación deberá realizarse en presencia de la Fiscalía para fines de identificación.
Tras el fallecimiento del líder de Sendero Luminoso, Perú se ha enfrentado a un dilema sobre qué hacer con sus restos para evitar homenajes. La organización asesinó a decenas de miles de personas en los años 80 y 90 y su nombre se convirtió en símbolo de violencia extrema en contra de la población en general, señala la cadena RT.
Guzmán murió el pasado sábado 11 de septiembre, a los 86 años de edad, en prisión. Cumplía dos décadas de la cadena perpetua a la que fue condenado tras su detención en 1992. El dilema del Gobierno cayó en que si se le entierra en algún cementerio, se puede convertir en un lugar de peregrinación para sus admiradores.