Por: Esteban Ávila
El pasado 28 de septiembre, FIFA informó que suspendió de por vida al directivo paraguayo Marco Trovato, quien fungía como presidente del club Olimpia desde hace seis temporadas.
Tal castigo, al que se suma una multa de 100.000 francos suizos (cerca de $100.000), es el máximo que se puede recibir en el fútbol y solamente se aplica en causas extraordinarias, sobre todo relacionadas con el incumplimiento de deberes éticos.
Trovato fue sancionado porque, después de investigar y analizar las pruebas mostradas por un denunciante protegido, se determinó que el directivo intentó amañar encuentros del torneo local de Paraguay y de la Copa Libertadores.
Las pruebas que analizó FIFA pasaron por un proceso de análisis, pericia y ratificación técnica. Un teléfono, marca Samsung, fue el medio utilizado por el directivo para sus contactos. Los chats, donde se ofrecen a la venta jugadores y partidos como quien lo haría con colada morada o fanesca, son impactantes en su contenido. Trovato estaba convencido, sin duda, que el fin (ganar partidos) justifica los medios (sobornar a todo aquel que aparezca en escena).
Este miércoles 21 de octubre, FIFA publicó los fundamentos de la sanción, un documento oficial donde consta la pena ya mencionada y, sobre todo, los motivantes para haber tomado la decisión. Entre los múltiples detalles del documento, que es de dominio público, están los partidos que Trovato intentó amañar.
Ahí aparece un amasijo de cotejos de la liga paraguaya, entre el 2018 y el 2019. Del total de 12 encuentros, 11 corresponden a ese torneo local. El restante es por la Copa Libertadores del año pasado, el partido que Olimpia y Liga Deportiva Universitaria de Quito, en Asunción.
Tras la debida introducción, vamos a la parte relevante a nuestro medio.
II
El chat de Trovato con el intermediario data del 30 de julio del 2019. Ahí, el intermediario ofrece al presidente de Olimpia «algo interesante» para el partido con Liga, por los octavos de final de la Copa Libertadores, en Asunción.
Tras haber sido realizada la oferta, que incluye hasta penales cometidos, Trovato dice que le interesa si hay un jugador dispuesto a ser expulsado en los primeros quince minutos del partido. El intermediario, orgulloso de su producto (?), dice que solo recibirá el pago si Olimpia clasifica y que si todo está muy difícil, hasta alguien puede cometer un penal.
Entre que va y viene la charla, queda estipulado el precio. Tres jugadores involucrados cobrarían $50.000 cada uno. «Aceptaron la expulsión», dice el intermediario y anuncia su traslado a la oficina de Trovato.
Lo que pasó en ese encuentro está a la vista de todos. Olimpia y Liga empataron 1-1, con ese resultado clasificó a cuartos de final de la Copa. Hubo penal para Olimpia, fallado, y una expulsión en Liga en el arranque del segundo tiempo.
La conversación, parte del proceso que determinó la culpabilidad de Trovato en el intento de amañar partidos, ojo, no de haberlo consumado, deja clara la intención de perjudicar a Liga. Pero las preguntas que hay que responder en el orden local van más allá de este sonado caso.
¿Qué jugadores estuvieron dispuestos a perjudicar al equipo de esa manera? ¿Quién se comprometió a hacerse expulsar o a cometer un penal, incluso si el hecho finalmente no se dio?
¿El intermediario tuvo acceso directo a ellos de qué forma?
¿Es muy fácil proponer un soborno a alguien que vive en otro país?
¿Qué medidas va a tomar Liga para llegar a la verdad en lo que pudo ser, ventajosamente no fue, un perjuicio a sus intereses económicos y deportivos?
Que la verdad actúe. Por el bien de todos.
A continuación, comparto el documento y los chats sin editar: dc-200189-24-09-2020-marco-antonio-trovato-villalba