Mensajes en redes sociales vinculan a la vacuna contra la Covid-19 con el grafeno (elemento casi transparente pero con una resistencia mayor al acero), con la tecnología 5G para “controlar el cerebro”, con una supuesta capacidad de magnetismo y con “nanotubos”.
Los especialistas desmienten los mensajes difundidos en la web, sobre todo en servicios de mensajería instantánea como Telegram. A continuación te traemos cuatro mitos alrededor de las vacunas:
1.- Las vacunas magnetizan
Es falso que las vacunas magnetizan a las personas, los expertos aseguran que no contienen grafeno (un material más resistente que el acero) ni tecnología 5G para “controlar el cerebro” como se asegura.
2.- Tienen nanotubos
Sobre la especulación de que existen “nanotubos de grafeno que van inyectados en la vacuna”, Josefina Perles, doctora en química Inorgánica y Belén Ballesteros, líder en microscopía electrónica lo aclaran.
“Existen numerosos controles y pruebas previas a las que una sustancia cualquiera debe someterse antes de considerar su administración a seres humanos. No se pueden introducir en las vacunas nanotubos de carbono de ninguna dimensión, incluso aunque físicamente resultara factible”, explica Perles.
Ballesteros coincide con Perles en que por el tamaño sí se podría introducir, pero añade que se trata de “materiales poco solubles y conseguir dispersarlos en las vacunas requeriría de tratamientos para añadir partículas solubles en su superficie”. Otra de las evidencias es el color, asegura: “son de color negro, por lo que si las vacunas tuvieran estos compuestos adquirirían una coloración grisácea”.
Los componentes de las vacunas contra la COVID-19 son de acceso público, entre ellos no constan ni el grafeno ni el nanografeno. La Agencia Europea del Medicamento cuenta con esta información en el caso de Pfizer y AstraZeneca.
3.- Tienen tecnología 5G
La web asegura que “con frecuencias 5G de 42,6GHz, los nanotubos de 1,2nm inyectados en las vacunas entran en resonancia”. Las expertas desmienten que las vacunas tengan esta tecnología para “controlar el cerebro”.
En redes circulan videos que pretenden causar caos en la gente.
— F ᴇ ᴊ ᴇ (@EIJefeUrbano) June 29, 2021
“Ni el grafeno ni los nanotubos de carbono tienen actividad a estas frecuencias”, explica Ballesteros. Añade que no es posible propagar una señal de resonancia de 42,6 GHz (el gigahercio es un múltiplo de la unidad de medida de frecuencia hercio) relacionada con el 5G.
4.- Producen magnetismo
Varias imágenes falsas pretenden convencer que las vacunas producen magnetismo en el cuerpo, sobre todo en el brazo.
Ángel Delgado, catedrático de Física explica la imposibilidad de aquello: “los imanes atraen materiales ferromagnéticos; es necesario un imán y un material con suficiente fuerza magnética. Ni la piel ni ninguna parte del cuerpo humano tienen estas cualidades, por lo que un imán no es atraído por nuestro cuerpo”, asegura.
Todas las vacunas son seguras
La eficacia de las vacunas producidas para combatir la COVID-19 aún genera inquietudes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que todas son seguras y aprobadas para la prevención de síntomas graves y la muerte, sin embargo, aún no se logra comprobar la prevención de contagio.
Una de las vacunas más cuestionadas es la AstraZeneca por los casos de trombos registrados en algunos países. Las redes sociales se han inundado de suposiciones sobre los efectos de la vacuna. El caso más reciente fue un supuesto “magnetismo” en el brazo.