El pasado 5 de agosto, el presidente Guillermo Lasso firmó el decreto del Plan de Acción en el sector minero en el Ecuador. Sin embargo, el economista Alberto Acosta recordó que una de sus promesas de campaña fue que no iba a existir minería a cielo abierto.
Así, informó que si entran en explotación los campos estratégicos en el sector minero, en 50 años el Ecuador podría percibir $132.000 millones. Pero, de ese monto, el estado se queda con $27.000 millones. Además, para cumplir esa meta, deberían extraerse 5.000 millones de toneladas que significaría una inversión estatal de más de $15.000 millones.
Por otro lado, en entrevista con A Primera Hora, Acosta recordó que en 2020, la economía cayó en -7,8%, una cifra superior a la de 1999 cuando bajó en -4,3%.
El plan económico
Acosta indicó que si bien, tras 74 días de posesionado el gobierno, no existe un plan económico, ya se conoce la postura del presidente Lasso. “El asunto es complicado. No se trata solo que el gobierno despliegue su postura económica, se conoce cuál es la orientación ideológica de Lasso”, indicó. Así mismo, analizó que a lo interno del actual gobierno “debe haber una suerte de disputa entre quienes quieren un ajuste tipo shock y otros que saben que no es posible”.
En esa línea, comunicó que existen posturas que piden fortalecer la competitividad ampliando el extractivismo de minería y petróleo, que exista una flexibilización a las condiciones laborales, que se eliminen los subsidios a los combustibles y que todo esto deben hacerlo rápido, en una suerte de shock.
“Me imagino qué hay personas que tienen sensibilidad en la gravedad de la crisis. Y saben que el pueblo no va a tolerar ajustes como los que impulsó Moreno en octubre de 2019”, alertó.
Para Acosta el tema va más allá. Así, dijo que el gobierno está caminando a cumplir las metas del Fondo Monetario Internacional (FMI). “El FMI se convirtió en una especie de banco de última instancia”, criticó.
La privatización de activos del estado
Sobre los activos de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), Acosta informó que ascienden a alrededor de $1.800 millones. Sin embargo, su venta se hará con una empresa transnacional a un costo bajo.
Por su parte, también indicó que en el tema de la concesión de las gasolineras de Petroecuador “no es mucho el dinero que se va a obtener y las gasolineras de Petroecuador ayudan a mantener con niveles de competencia en el mercado”.
En esa misma línea, dijo que se encuentra el Banco del Pacífico que permite que, en conjunto con un gran frente financiero, se pueda romper el oligopolio bancario.
Frente a la política petrolera, Acosta asumió que en un corto tiempo no se puede incrementar la tasa de petróleo de 500.000 barriles a un millón. “Extraer un millón no se hace rápidamente, implica forzar los campos de explotación, ampliar la frontera petrolera. Ahí se está arriesgando a las protestas de la Amazonía”, alertó.