A las 17:00 de este domingo 18 de octubre, Bolivia cerró oficialmente las urnas. Con ello concluyó el ejercicio democrático de las elecciones para designar a su nuevo presidente. Ahora, el país esperará una semana para conocer los resultados oficiales sobre el sucesor de Jeanine Áñez o saber si serán convocados a una segunda vuelta electoral.
Alrededor de 7,3 millones de bolivianos están habilitados para ejercer su derecho al voto para elegir al Presidente y Vicepresidente de su país. Además, designarán a 36 senadores y 130 diputados. De acuerdo con la norma electoral, el abanderado presidencial que reciba más del 50% de los votos válidos ganará en la primera vuelta o si alcanza el mínimo del 40% y una diferencia del 10% sobre el segundo.
Observadores extranjeros de las elecciones manifestaron también preocupación por el despliegue de las Fuerzas Armadas. Que incluye el uso de blindados y otro equipamientos bélicos, lo que se vincula con amenazas del gobierno.
El resultado oficial debe anunciarse en un plazo de siete días y, si es necesario, la segunda ronda será el 29 de noviembre.
Irregularidades
Una de las primeras irregularidades denunciadas en la jornada giró en torno a que unos 1.300 indígenas de la localidad San Miguel de Velasco. El departamento de Santa Cruz, quedarán hoy sin votar en Bolivia por la ausencia de las boletas especiales para ese grupo poblacional.
Además, el candidato presidencial socialista boliviano, Luis Arce, calificó hoy de un exceso el despliegue militar en resguardo de las elecciones generales, motivo de preocupación también para observadores extranjeros.
Así mismo, la coalición española Unidas Podemos (UP) denunció hoy el acoso que sufren varios observadores internacionales, invitados a las elecciones generales de Bolivia por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de ese país.
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