Un estudio de la Universidad de Washington, Estados Unidos, reveló que el control de la respiración y saturación de oxígeno en la sangre puede reducir el riesgo de muerte en personas con COVID-19.
«Estos resultados se aplican a la experiencia vivida por la mayoría de los pacientes con COVID-19: estar en casa, sentirse ansioso, preguntarse cómo saber si su enfermedad progresará y preguntarse cuándo tiene sentido ir al hospital», dijo el Dr. Neal Chatterjee de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.
Los investigadores examinaron los casos de 1.095 personas. Estos pacientes tenían 18 años o más, se contagiaron con COVID-19 e ingresaron a los hospitales entre el 1 de marzo y el 8 de junio de 2020, cuando la pandemia empezó a golpear con fuerza.
Las evidencias
Los pacientes con saturación de oxígeno baja en la sangre (menos del 91%), que ingresaron a los hospitales, tenían riesgo de mortalidad entre 1.8 y 4 veces mayor, en comparación con aquellos ingresados con un nivel de oxígeno normal.
De la misma forma, los pacientes con respiración rápida y superficial tenían un riesgo de muerte entre 1.9 y 3.2 veces más; en comparación con los pacientes con frecuencia respiratoria normal, este dato se alteró.
Recomendaciones
Los pacientes con complicaciones necesitaron oxígeno suplementario. Los médicos concluyeron que los casos agudos de COVID-19 se pueden tratar de forma eficaz. «Recomendamos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que considere la posibilidad de reformular sus directrices. Deben tener en cuenta a esta población de personas asintomáticas que realmente merecen ingresar y recibir atención en el hospital», dijo Chatterjee.
Además, los expertos aconsejan tener un oxímetro en casa para monitorear la saturación de oxígeno, no debe ser menor a 92%.